La corrupción y el soborno en tiempos de COVID-19
A nivel global, los gobiernos y las organizaciones deben responder a los desafíos diarios que plantea la pandemia COVID-19, como lo son los riesgos asociados a la corrupción y el soborno transnacional.
Ciertos factores como las propias coyunturas en el marco de la pandemia, la contratación pública en estado de emergencia, la venta de insumos médicos sin los estándares requeridos, el aumento de las operaciones financieras en forma remota o no presencial, entre otros, hacen que el entorno global pueda propiciar más fácilmente los actos de corrupción.
En el marco de la pandemia, los sectores económicos que podrían estar más expuestos a la ocurrencia de posibles prácticas corruptas (a partir de su actividad) son: a) farmacéutico; b) infraestructura y construcción; c) industrial; y d) tecnologías de información y comunicaciones (sobre todo las startups).
Con el fin de mitigar el impacto del COVID-19, los gobiernos y las empresas adoptan medidas de mitigación y respuesta que, en ciertas ocasiones, podrían incrementar la aparición de diversas modalidades de corrupción.
Entre las medidas que se tienden a aplicar, podemos mencionar las siguientes:
- Disminución de requisitos para las contrataciones y omisión y/o laxitud en los controles: los mismos constituyen un riesgo latente para la aparición de posibles prácticas corruptas.
- Compra de insumos médicos en un marco de emergencia sanitaria y una mayor presión para su logística y transporte: dicha actividad debería llevarse a cabo en un marco de transparencia y honestidad.
- Distintos paliativos económicos (subsidios) que otorgan los gobiernos a las empresas: la información relacionada con este aspecto debería ser de acceso público y actualizado.
- Financiamiento internacional para enfrentar la crisis sanitaria: debería permitir que los actores involucrados puedan acceder libremente a los mercados financieros.
- Ciertas restricciones para la movilidad y condiciones de aislamiento preventivo: las mismas no deberían alentar o facilitar la ocurrencia de comportamientos poco éticos.
Es muy importante que, en tiempos de una crisis global, las empresas fomenten más que nunca una cultura de cumplimiento normativo (que incluya el compromiso ético de la alta dirección), la implementación de un programa de Integridad adecuado y robusto, como así también la adopción de medidas para prevenir y mitigar riesgos asociados a la corrupción transnacional.
Llevar a cabo un mapeo de riesgos (en torno a la posible ocurrencia de sobornos u otras prácticas corruptas que se puedan propiciar en el marco de la pandemia) resulta vital para cualquier tipo de organización, independientemente de su tamaño.
Otra recomendación valiosa es reforzar periódicamente los controles de debida diligencia sobre terceras partes relacionadas a la organización (a través de reportes de due diligence, background checks, etc. con diferentes niveles de profundidad, acordes al riesgo asociado). Esta tarea resulta crucial para favorecer la marcha del negocio y prevenir daños reputacionales que puedan afectar la integridad de cualquier empresa que necesita acceder a mercados internacionales, además de constituir claramente un valor agregado.
Incentivar el uso de canales de denuncia, de manera confidencial y segura, les permite a los empleados o terceros involucrados informar acerca de actividades irregulares o sospechosas que puedan traer aparejadas situaciones de fraude o corrupción. Es una excelente opción que responde a las mejores prácticas empresariales.
En G5 Integritas podemos ayudarlo a implementar un programa de Integridad adecuado a sus necesidades que incluye la puesta en marcha de un canal de denuncias, como así también la confección de reportes de due diligence de terceras partes involucradas en su negocio.
Para más información, lo invitamos a contactarnos a info@g5integritaslatam.com o visitando nuestro website www.g5integritaslatam.com
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